sábado, 18 de junio de 2011

El sistema estelar de Sirio en los mitos Dogon







Los Dogon, una remota tribu africana, con una cultura no muy alejada de la edad de piedra,  viven cerca de Bandiagara, a unos 300 kilómetros al sur de Tombuctú, Mali, en el África Occidental  y poseen  una muy peculiar mitología; ya que contiene conocimientos astronómicos que de ninguna forma pudieron haber obtenido por sí mismos dada su carencia de tecnologías adecuadas
Se trata de datos precisos sobre el sistema solar, ellos describen a la Luna como "seca y estéril", saben que el planeta Júpiter (al que llaman "Dana Tolo") tiene cuatro grandes satélites, conocen los anillos de Saturno, y que los planetas describen órbitas elípticas alrededor del Sol.
Este conocimiento de las órbitas elípticas de los cuerpos celestes en torno a un punto focal (el astro principal) resulta sorprendente, al igual que su concepto de la  Vía Láctea como una galaxia espiral formada por millones de estrellas. Sorprendente también resulta su conocimiento acerca de la naturaleza del Sol.
 Afirman que nuestro Sol y la estrella Sirio, esa estrella de primera magnitud, la más brillante del
hemisferio Sur, en realidad son dos soles hermanos que se desgajaron uno del otro y se formaron dos sistemas estelares diferentes pero que tienen un mismo origen
Sin embargo, los conceptos fundamentales de los mitos Dogon no se refieren sólo al sistema solar :
En 1976 el Dr. Robert Temple publicó  su libro “Antiguos Astronautas” según el cual, seres anfibios de la estrella Sirio visitaron la Tierra hace más de 5 000 años y dejaron conocimientos astronómicos avanzados que aún posee este pueblo Dogon
Una leyenda Dogon, habla de una “arca" descendiendo al suelo entre un gran viento; el descenso del arca trajo a la Tierra un ser anfibio, o un grupo de seres, conocidos como los Nommo. Los "Nommos" descendieron a la Tierra en esta "arca" que era roja como el fuego inicialmente y luego se volvió  blanca cuando aterrizó. Al aterrizar -cuentan-  parecía como si cuatro enormes rocas chocaran entre sí, levantando una gigantesca nube de polvo.
"Nommo es el nombre colectivo para el gran héroe de la cultura y fundador de la civilización que vino del sistema de Sirio para asentar una sociedad en la Tierra", explica Temple en su libro.
Por medio de un detallado examen de los mitos egipcios, babilónicos y Dogon, el Dr. Temple afirma que existió un contacto con seres provenientes del sistema solar de Sirio en la región de Sumeria, aproximadamente en el año 4500 antes de Cristo. Los pueblos de aquel entonces incorporaron a sus mitologías tal encuentro y los conocimientos obtenidos a través de él, y con el tiempo sus tradiciones se expandieron hacia otros lugares, llegando sus rastros hasta nuestros días.
Además de los Dogones, otros pueblos vecinos como los Bambara, los Bozo de Segu y los Miniaka de Kutiala, comparten desde tiempos remotos, similares conocimientos sobre Sirio, en torno a cuyo sistema gira buena parte de la vida ritual de esos pueblos.
Los Dogon aseguraban conocer la existencia de una estrella (Sirio B) que es imposible de ver a simple vista. Para ellos es las más importante del firmamento y gira alrededor de Sirio A, la más brillante del cielo en la constelación del Can Mayor. Ambas estrellas no ofrecen al ojo humano más que un solo y potente foco de luz en el firmamento, lo que hace imposible distinguir una estrella de otra. No obstante los dogones conocían a Sirio B, siendo conscientes además de que era invisible. Los dibujos representativos que hacen de la órbita de Sirio B, alrededor de Sirio A, son  idénticos a los del moderno diagrama astronómico. También aseguran que Sirio B, es una estrella muy pequeña. La llaman "Po Tolo". Continúan diciendo que a pesar de ser muy pequeña, es muy pesada, la más pesada que existe, constituida en un material más brillante que el hierro al que denominan "Sagala".
(La astronomía oficial sabe que Sirio B es una "enana blanca", una estrella muy pequeña y muy pesada.)
De acuerdo a su mitología, "Po Tolo" da una vuelta alrededor de Sirio cada 50 años (según la ciencia oficial sus cálculos se estiman en la actualidad en 50,040 años), pero además los dogones dicen que aparte de "Po Tolo", la compañera de Sirio, existe otra estrella que es 4 veces mayor que "Po Tolo" pero sin embargo mucho más ligera en peso y que tiene una órbita más exterior y que dura también 50 años en dar la vuelta a Sirio, y a la que los dogones denominan "Emme Ya" (por primera vez,  el astrónomo americano Alvan Clark logró ver en la estrella de Sirio, que no era sólo una, sino dos estrellas. Con un objetivo de 47 cm. de diámetro pudo distinguir a la que fue conocida desde ese mismo momento como Sirio B. Posteriormente, en una época mucho más reciente, se detectó la existencia de una tercera estrella que completaba el sistema de Sirio, Sirio C, la "Emme Ya" de los dogones).
Dicen los Dogones que "Emme Ya" es la segunda acompañante de Sirio y tiene a su vez un pequeño satélite que gira a su alrededor y que ellos la denominan "Nyan Tolo", la estrella de las mujeres.
Hablan de ésto y además no solamente de estás compañeras invisibles de Sirio, sino que incluso dibujan las trayectorias de sus orbitas (se ha descubierto que la trayectoria que los dogones dibujan es exactamente la misma que han descubierto los astrónomos). Los dogones aseguran que todos sus conocimientos proceden de esos  seres que llegaron a la Tierra procedentes de "Nyan Tolo", satélite de "Emme Ya", del sistema de Sirio, y a los que denominan "Nommos"




                                        Imágen: máscaras de la ceremonia Sigui

Cada 50 años, los dogon celebran su ceremonia más importante, llamada Sigui, y tardan 50 años en celebrar la siguiente, porque esta ceremonia viene marcada por la aparición de Sirio entre los picos de dos montañas, que simbolizan a los dos embriones primordiales. En esta ceremonia se colocan sus extrañas máscaras, una de ellas, el Nommo, no la lleva nadie puesta pues representa al ser primordial que inició la cultura dogón. Una vez acabada la ceremonia, la máscara del nommo es quemada y dentro de otros 50 años, reemplazada por una nueva.







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